jueves, 27 de agosto de 2009

Dilemas del peronismo - Eduardo Jozami


Dilemas del Peronismo
Ideología, historia política y kirchnerismo
Eduardo Jozami
Grupo Editorial Norma

(Buenos Aires)

Recientemente el Grupo Editorial Norma publicó el libro de Eduardo Jozami “Dilemas del Peronismo” – Ideología, historia política y kirchnerismo.
Eduardo Jozami es escritor, militante político, universitario, periodista, activista del movimiento de derechos humanos. Fue detenido durante toda la dictadura militar. En 1991 recibió el Premio Hellman-Hammet, que otorga el Foro por la Libre Expresión de Nueva York a los intelectuales que han sufrido persecución política. Ha sido director y editor de la revista Crisis y de varias publicaciones de política y cultura. Entre otros libros, publicó Crisis de la dictadura argentina – coautor, 1985), El lugar de la política (1995), Ya nada será igual. Argentina después del menemismo (2000), Final sin gloria (2004). Rodolfo Walsh, la palabra y la acción (Norma, 2006). Por este último libro recibió el Premio Anual de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Fue legislador y constituyente de la ciudad de Buenos Aires, y es profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y del posgrado en Historia de la Universidad de Tres de Febrero.
Los textos que integran este libro respondieron a demandas diferentes. Muchos trabajos han sido presentados en jornadas y seminarios académicos. Otros, como los publicados en la revista Confines, tienen un tono más ensayístico, y en algunos casos, están necesariamente fechados puesto que se refieren a la coyuntura política.

En palabras del autor:

“... A lo largo de medio siglo, las transformaciones han sido notables pero la geografía política argentina no ha cambiado tanto. El peronismo sigue ocupando el centro de la escena y los debates sobre sus potencialidades y límites mantienen toda su vigencia. Pero más curioso que la perduración del peronismo es el brusco surgimiento de un antiperonismo que años atrás podía creerse relativamente superado y que representa una profunda regresión de la cultura política argentina.
He dividido el material de este libro en tres secciones. La primera analiza diferentes temas relativos al peronismo histórico, su horizonte ideológico, la coyuntura de 1945, la relación con los intelectuales, la situación de la prensa, las explicaciones sobre la perduración del peronismo frente a las previsiones de sus opositores. Son esbozos de un trabajo mayor sobre las relaciones entre el peronismo y el campo intelectual sobre el que vengo investigando desde hace algunos años. El enfoque, como se advertirá, es de alguien que pese a la valoración global positiva de esa experiencia no resigna su mirada crítica. Por que así corresponde en trabajos de investigación histórica, pero también porque ese es el modo en que estos estudios del pasado resultan más provechosos para entender un presente que tiene al peronismo como protagonista principal.
La segunda parte se refiere al kirchnerismo e incluye dos trabajos centrados en el análisis de la coyuntura política más reciente, dominada por el conflicto con el campo, en la que se advierte una profundización del discurso antiperonista y la crispación del bloque opositor. En la misma senda de los documentos del Espacio Carta Abierta – en el que el autor participa con el tono reflexivo que corresponde a una agrupación de intelectuales pero con el mismo entusiasmo de sus anteriores militancias – se valora cuanto hay de novedoso en el proceso abierto por el kirchnerismo, advirtiendo sobre algunas falencias que podrían poner en riesgo la profundización del cambio.
El último conjunto de escritos tiene como eje común el interrogante sobre la vigencia del pensamiento de izquierda, luego de tantas rupturas que en las últimas décadas cuestionaron esa tradición. Uno de ellos estudia a través de un recorrido por publicaciones y autores argentinos la influencia de Jean-Paul Sartre, en el marco de una convocatoria en la que se debatía las huellas dejadas por el pensamiento europeo en las izquierdas de América Latina. Otro de los trabajos parte de la insistencia con que hoy es nuevamente citado Marx, a partir de las manifestaciones de la crisis internacional, para intentar un balance de su legado y, siguiendo a Benjamin, se interna en las cuestiones de la historia y la memoria, planteando una lectura distinta de algunos temas clásicos del marxismo.
La mirada no es benevolente ni en el cuestionamiento a las corrientes políticas de la izquierda argentina ni en el señalamiento de los límites con que se encontró el pensamiento marxista para dar cuenta de las nuevas realidades. Sin embargo, esto no nos lleva a sostener que no exista hoy un lugar para una izquierda que se despoje de las pretensiones del pensamiento único: aunque no puede revestirse con los ropajes de la ciencia ni atribuirse las dignidades de la necesidad histórica, no es hoy menos necesario que antes un pensamiento transgresor que desnude la esencia explotadora del capitalismo y piense la política a partir de su identificaciópn con los grupos más desposeídos de la sociedad…”.

“Dilemas del peronismo” es un libro que recorre la historia de este movimiento hasta llegar al kirchnerismo, un minucioso análisis para dar con las claves del complejo entramado político actual.

Fragmento:

“…No faltan testimonios que muestran la dificultad que encontraban los simpatizantes comunistas para explicarse la política de alianzas con que enfrentaban al peronismo. María Rosa Oliver, integrante del Consejo de Dirección de la revista SUR, veía la política argentina desde el prisma excluyente de la confrontación expresada en la Segunda Guerra Mundial y, en consecuencia, defendía la Unión Democrática. Pero no dejaba de inquietarse por la presencia en los actos “en defensa de la libertad” de tantos personajes que habían apoyado el golpe de Uriburu y de lo más representativo de la alta sociedad porteña: “Sólo con anotar los nombres y apellidos de los presentes un cronista social se ganaría el día”, recuerda Oliver, refiriéndose a la manifestación que frente al Círculo Militar reclama la entrega del gobierno a la Corte Suprema de Justicia. La escritora habría increpado entonces al dirigente del PC, Guilermo Arnedo Álvarez, por la falta de participación obrera en ese acto.
Sin embargo, cinco días después Oliver presencia las manifestaciones del 17 de octubre y se sorprende al paso de las columnas cuyos integrantes “surgidos de ámbitos que yo desconozco”, “parecen disfrazados de menesterosos”. Una vaga sensación de descontento consigo misma es el saldo que la escritora atribuye a ese primer encuentro con las “turbas peronistas”, pero en el reclamo por la falta de obreros en el Círculo Militar y en la incapacidad de reconocer a los trabajadores que se movilizan pocos días después, se expresa todo el dilema que entonces enfrentaba la izquierda argentina…”. *

*Este párrafo tiene una llamada que amplía las impresiones de Oliver sobre el 17 de octubre:

“No sólo por los bombos, platillos y otros instrumentos de percursión que, de trecho en trecho, los preceden, me recuerdan las murgas de carnaval, sino también por su indumentaria: parecen disfrazados de menesterosos. Me pregunto de qué suburbio alejado provienen esos hombres y mujeres casi harapientos, muchos de ellos con vinchas que, como a los indios de los malones, les ciñen la frente, y casi todos desgreñados. O será que el día gris y pesado, o una urgente convocatoria, les ha impedido a esos trabajadores tomarse el tiempo para salir a la calle bien entrazados y bien peinados, como es su costumbre. O habrán surgido de ámbitos cuya existencia yo desconozco. Su paso un tanto atrasado denota que ya han caminado mucho. También parecen algo cansadas las voces que vivan a Perón”. María Rosa Oliver, Mi fe es el hombre, Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2008. El texto fue escrito en 1973, vísperas del tercer gobierno de Perón.

Acerca de María Rosa Oliver


María Rosa Oliver (Buenos Aires, 1898- 1977), desde los diez años no volvió a caminar a causa de la poliomielitis, pero desde su silla de ruedas desarrolló una actividad intelectual y una carrera política descollante, de las que dio cuenta en sus memorias divididas en tres tomos: el presente, publicado por primera vez en 1965; La vida cotidiana (1969) y Mi fe es el hombre (1981)y editado por Ediciones Biblioteca Nacional en 2008.
Publicó además una Geografía infantil de la Argentina en 1955.
Se afilió al PC en la década del 30. Tuvo una activa participación con los republicanos durante la Guerra Civil Española. Fue asesora del presidente Wallace en la Segunda Guerra Mundial y Miembro del Consejo Mundial de Partidarios de la Paz. En China visitó a Mao a quien admiraba y el Che Guevara la tuvo por amiga e interlocutora.
Integró el staff de la mítica revista SUR desde su fundación hasta 1958, año en el que recibió el premio Lenin. Fue una testigo privilegiada de los sucesos políticos ocurridos durante cuatro décadas.
Amiga de Waldo Frank y de Vinicius de Moraes, le escribía a Nelson Rockefeller para protestar contra la política exterior de los Estados Unidos y fue una de las dos personas con quienes se entrevistó el Che Guevara en 1962, cuando estuvo de incógnito en la Argentina. Viajera del mundo, incansable pese a su minusvalía, esta mujer excepcional fue un modelo de intelectual para su tiempo.
La historia de María Rosa Oliver podría haberla acercado a la de Victoria Ocampo en términos distintos a los que lo hizo si una diferencia fundamental no hubiera arrastrado a las dos a las antípodas.

© Araceli Otamendi – Archivos del Sur

Bibliografía:

María Rosa Oliver, Mundo, mi casa, Ediciones de la Flor

No hay comentarios:

Publicar un comentario

comente esta nota