domingo, 22 de noviembre de 2009

Visualidades sin fin - Verónica Devalle, Leonor Arfuch


























Visualidades sin fin
Verónica Devalle, Leonor Arfuch
(compiladoras)
Prometeo Libros

(Buenos Aires)

El debate apasionado sobre el régimen de la visualidad en la llamada "civilización" de la imagen, y la reflexión en torno del diseño, su protagonismo y su responsabilidad en los modos de ver y de ser constituyen la doble inspiración que dio origen al nuevo libro editado por Prometeo, compilado por Leonor Arfuch y Verónica Devalle: Visualidades sin fin. Se trata de una articulación imprescindible y escasamente abordada, que permite analizar con sutileza la complejidad de las culturas contemporáneas: el ver como sentido privilegiado, la imagen y los medios de comunicación en la "sociedad global", la realidad como espectáculo, la creciente indistinción de las esferas de lo público y lo privado, y el énfasis en la intimidad, las imágenes traumáticas de nuestro tiempo, las políticas de la mirada, la marca del diseño en esas políticas, su impronta en el espacio urbano, en las pantallas y en las subjetividades. Es que vemos ya un "mundo diseñado", desde lo público a la imagen de sí, incluidas las pautas que la sociedad impone para la conducta y para el "buen vivir".

Un "buen vivir" donde el diseño aporta armonía estética, claridad comunicativa, orden conceptual, satisfacción de deseos... y al mismo tiempo impone determinaciones, se identifica con lógicas de mercado, trabaja sobre nuestros afectos, configura sujetos e identidades. Un protagonismo que supone por cierto tanto el involucramiento estético como ético y político. 

Así, los capítulos abordan los dilemas de la imagen entre el "ver o no ver", la constitución del campo del diseño y su relación con el arte, su impacto en los cuerpos y estilos de vida y las marcas urbanas de la memoria reciente, en diálogo con relecturas críticas de paradigmas teóricos fundamentales.


Fragmento:

“Quién rechazaría hoy ver en la imagen el instrumento de un poder sobre los cuerpos y los espíritus?” se pregunta Marie-José Mondzain (2002) al comienzo de un libro con un título inquietante:¿La imagen puede matar? Introduce así un tema recurrente en lo que ha dado en llamarse “la cultura” o la “era de la imagen”, en constante aceleración, donde parecemos vivir, pensar y actuar a través de las pantallas y de sus refracciones en todos los espacios significantes. En efecto, el poder del “ver” como sentido que ha triunfado incontestablemente sobre todos los demás, se ha extendido a tal punto que las cosas del mundo – ésas que preexisten a nuestra existencia – se nos revelan casi sin sorpresa, bajo una forma de mirar modelada desde la más tierna infancia por el video y la televisión, ordenadas en espacios estéticos – y a menudo estáticos - , cada vez más distantes de una plena experiencia sensorial. La ciudad, por ejemplo, se ofrece menos como conglomerado caótico y vibración del cuerpo que como constelación de imágenes trabajadas por el diseño – líneas arquitectónicas, trazado de las calles, señalización, vidrieras, objetos, anuncios, carteles y hasta muchedumbres acordes con el flujo del mirar -, la naturaleza, por su parte, aparece ya domesticada, predispuesta al encuadre de la foto antes que al embeleso de la contemplación: el paisaje ya no como “percepción de una irrepetible lejanía”, al decir de Walter Benjamín, sino como presencia efímera – quizá apenas un alto en un tour – preanunciada en los folletos turísticos, los suplementos de los diarios, los filmes publicitarios, las páginas web…”.

Leonor Arfuch 

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