sábado, 27 de diciembre de 2014

Estrategias de la pena- María Esther Vázquez


Estrategias de la pena
María Esther Vázquez
Editorial Victoria Ocampo

(Buenos Aires)

Estos poemas de María Esther Vázquez reunidos con el título "Estrategias de la pena" conjuran ausencias. Es el tiempo el que enlaza los poemas, la poeta escucha, al decir de Octavio Paz "aguza el oído y percibe que el silencio mismo es voz, murmullo que busca la palabra de su
encarnación. El poeta escucha lo que dice el tiempo, aun si dice: nada. Sobre la página unas cuantas palabras se reúnen o desgranan. Esa configuración es una prefiguración: inminencia de presencia".
Si bien varios poemas aluden a la ausencia como "Ahora, sólo quedó la pena" o "Cuántas veces la lluvia", otros como "Floreció el jacarandá" transmiten imágenes de árboles florecidos y comunican alegría. Tal como decía el poeta mexicano Octavio Paz, "escritura en un espacio cambiante, palabra en el aire o en la página, ceremonia: el poema es un conjunto de signos que buscan un significado, un ideograma que gira sobre sí mismo y alrededor de un sol que todavía no nace. La significación ha dejado de iluminar al mundo; por eso hoy tenemos realidad y no imagen. Giramos en torno a una ausencia y todos nuestros significados se anulan ante esa ausencia. En su rotación el poema emite luces que brillan y se apagan sucesivamente. El sentido de ese parpadeo no es la significación última pero es la conjunción instantánea del yo y el tú. Poema: búsqueda del tú".Se puede sintetizar "Estrategias de la pena" como la Inminencia de presencia, para conjurar la ausencia.

Floreció el jacarandá

Floreció el jacarandá porque es noviembre.
Quedó toda la calle soñada
Altas ramas sin hojas
cargadas de racimos
luminosos de dicha y hermosura.
Lejos, por la avenida, también todo ha cambiado.
La ciudad, en la mañana, se ha vestido
del color de las nubes del ocaso,
soleadas, sin embargo,
y hay paz en las veredas
vestidas de violeta e irisadas
de una luz infinita, enamorada.
Nada parece igual
y en el breve noviembre se estremece
la flor pequeña y viva;
desbordada hacia el cielo
en alegría,
en el jardín de Dios.

María Esther Vázquez nació en Buenos Aires, en 1937. Comenzó su actividad literaria en 1957 en la Biblioteca Nacional, dirigida entonces por Jorge Luis Borges, y tuvo una estrecha relación literaria con el grupo Sur. Trabajó con Borges más de dos décadas, y ha escrito en colaboración con él Literaturas germánicas medievales e Introducción a la literatura inglesa. Es autora de una importante obra narrativa, premiada en numerosas ocasiones, en la que destacan "La memoria de los días" y "Crónicas del olvido", y sus biografías "Borges, esplendor y derrota" (Premio Comillas, editorial Tusquets) y "Victoria Ocampo, el mundo como destino" (Premio Konex).
Como periodista, colaboró en distintos diarios del país y del exterior: sólo para La Nación publicó más de mil quinientas notas. Compartió su vida con el poeta y traductor Horacio Armani, quien falleció en 2013. En la actualidad dirige la Fundación Victoria Ocampo. Recientemente recibió en Santiago de Compostela el IX Premio Rosalía de Castro, galardón literario español por toda su trayectoria.

bibliografía:

Octavio Paz, Obras Completas, Fondo de Cultura Económica

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